Julio, no puedo dejar de hacer unas líneas para usted en esta fecha especial. De corazón, agradezco mucho haberlo conocido, creo es un bendecido en llevar una voz, con el costo muy alto de perder a su hija, por la iniciativa que tuvo hace años atrás y su bondad en poder transmitirla a cada uno de los que nos toca pasar por el mismo camino.

Hoy, creo que, sin darse cuenta, usted ha creado una red de personas que hemos sido elegidos de alguna forma y que, a través de la perdida y el dolor, aprendemos en esta nueva vida, a darle importancia a lo que realmente la tiene.

Con su ejemplo, cariño y bondad, nos levantamos día a día con esta bandera que usted nos enseña a llevar. Creo que para muchos no es una velada feliz, pero sí queremos estar una vez más junto a familiares que nos sostienen y acompañan. Por ellos estamos al pie del cañón.

Me gustaría pedir un deseo especial en esta Navidad por usted y su familia: que se derramen más luces de bendiciones, paz y fuerza para seguir adelante por nuestros ángeles, que no nos abandonan y nos llevan por un camino nuevo y que, como dijimos, no es casualidad.

Por usted y su familia, por Laurita y por mi hijo Lautaro transito un nuevo camino, el de satisfacciones personales. Eso tiene que ver con lo que se siente en el corazón por haber conocido personas excepcionales y sentir, de alguna manera, mucho orgullo por esos ángeles que ya no están, nos siguen enseñando y nos permiten ser mejores personas.

¡Gracias, Julio!

Con mucho cariño,

María Elena Magri

Integrante de Estrellas Amarillas Posadas – Misiones